Una cuarentena hacinados en Paraguay #COVID19
- María Fernanda Chaves
- 4 jun 2020
- 10 Min. de lectura
Actualizado: 24 jun 2020
Autora: María Fernanda Chaves
English below
Português abaixo
Florencia Alcatraz* tiene 33 años y como pasó con los planes de todos, el covid19 también cambió los suyos. Hoy, junto a otros compatriotas paraguayos, pide ayuda a los medios para exponer el lugar dónde el Gobierno los tiene hacinados, sin elementos de higiene ni recaudos para prevenir la propagación del virus.
La joven fue becada para estudiar en el exterior de enero a marzo del 2020. El 16 del corriente mes sus estudios se suspendieron con motivo de la pandemia que hoy mantiene al mundo en pausa, y días después logró, a través del pertienente consulado, organizar su retorno. Desde el 28 de marzo se encuentra retenida en un centro de aislamiento improvisado en la Casa de Retiro San Antonio de Padua en Ciudad del Este, Paraguay. Sin ninguna medida de protección contra el virus COVID19.
Florencia junto con otros “compatriotas en cuarentena” escribieron una carta al Presidente de Paraguay y a su Ministerio de Sanidad pero no han obtenido respuesta, y todo intento de contacto con la prensa que se acerca al lugar es respondido con violencia.
La carta que empieza diciendo: “Nos dirigimos a Ustedes a fin de informales sobre las condiciones en las que nos encontramos en la Casa de Retiro San Antonio de Padua, Ciudad del Este:…” solicita además que se les realice el examen de COVID 19 y que, en caso de no hacerlo, “si surgen brotes de contagio les responsabilizamos directamente a Ustedes como representantes del Gobierno Nacional de lo que pudiera sucedernos“.
El itinerario de regreso de Florencia Alcatraz estaba trazado hacia Brasil, pasando por Argentina y con destino final Paraguay. El 21 de marzo emprendió la vuelta, pero cuatro días después las autoridades brasileñas le informaron que la frontera argentina estaba cerrada y que no era posible su conexión, aún siendo pasajero en tránsito. Le fue negado el derecho a la libre circulación, incluído en el derecho humano N° 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”.
Aquella noche Florencia durmió en el aeropuerto de Río de Janeiro esperando una respuesta. Fueron la mismas autoridades nacionales las que le dijeron que la única opción viable en aquel momento era viajar hasta San Pablo, luego a Foz de Iguazú y por último intentar cruzar a pie a su tierra natal. Al llegar a San Pablo pensó que quizás era posible pasar la cuarentena con alguno de sus familiares que vivía en aquella ciudad, pero le negaron la posibilidad y, luego de doce horas, gracias a presiones al consulado, ella y otros 30 pasajeros fueron habilitados a volar hasta Foz de Iguazú el 25 de marzo. Desde aquel día y durante los tres que le siguieron, la estudiante fue enviada a un hotel onde durmió en habitaciones de 4 personas, nuevamente incumpliendo las medidas sanitarias correctas, y ninguno fue evaluado en ningún momento por un personal de la salud.
Finalmente, el día 28 fue autorizado el cruce de los viajeros a Paraguay. Tanto Florencia como los otros pasajeros ingresaron a una camioneta sin explicación alguna del destino al que se dirigían. Luego de algunos minutos llegaron a la Casa de Retiro San Antonio KM 8 CD en Ciudad de Este, un espacio que alberga a 20.000 paraguayos con un baño cada 50 personas aproximadamente. Está claro que las facilidades e infraestructura del locales no cumplen con los mínimos requisitos sanitarios para realizar una cuarentena sanitaria que realmente cumpla su propósito. “Yo estoy a favor de la cuarentena, pero se debería realizar en habitaciones individuales con baños propios donde realmente se asegure el aislamiento de las personas”, señala Florencia. Y agrega: “Son dos tinglados y una Iglesia que usan para ponernos sin ningún respeto de distanciamiento. Son galpones con cientos de camas estilo marineras en las que los supuestos “cuarentenados” dormirán todos juntos sin las condiciones sanitarias de cuarentena dadas por la Organización Mundial de la Salud”.
“El gran problema es que nosotros ingresamos el sábado 28, pero van a seguir metiendo gente en estos lugares en los siguientes días. Al estar todos compartiendo cuartos y baños, la probabilidad de contacto y contagio es altísima”, denuncia la estudiante. Y agrega, que al hacinamiento se le suma la falta de elementos de sanidad “Ayer no nos dieron ningún artículo de limpieza personal por lo que hasta ahora hay gente sin bañarse, no tenemos toallas, jabón ni shampoo”. También denuncia que desde su llegada no fueron evaluados por ningún profesional de la salud, que no hay médicos en el lugar y que allí se encuentran niños, personas de riesgo, ancianos y embarazadas.
Es urgente que se tomen medidas desde el Estado Paraguayo respecto a la situación de estas personas hacinadas en Ciudad del Este. Así como también la presión de los estados límítrofes de la región para terminar y prevenir la propagación del virus COVID19. Ya que sin la colaboración de los países del cono sur será imposible ganar la batalla.
*el nombre de la persona entrevistada es ficticio para mantener su identidad en privado
Actualización 29/3/2020 → El viceministro de sanidad del gobierno paraguayo prometió realizar cambios en la semana siguiente.
ENGLISH
Florencia Alcatraz * is 33 years old and as it happened with everyone's plans, the covid19 also changed theirs. Today, along with other Paraguayan compatriots, she asks the media for help to expose the place where the Government has them crammed, without hygiene items or precautions to prevent the spread of the virus.
The young woman was awarded a scholarship to study abroad from January to March 2020. On the 16th of this month, her studies were suspended due to the pandemic that today keeps the world on hiatus, and days later she managed, through the relevant consulate, to organize his return. Since March 28, she has been held in a makeshift isolation center at the Casa de Retiro San Antonio de Padua in Ciudad del Este, Paraguay. Without any protection measure against the COVID19 virus.
Florencia, along with other “compatriots in quarantine” wrote a letter to the President of Paraguay and to her Ministry of Health, but have received no response, and any attempt to contact the press that is approaching the place is responded to with violence.
The letter that begins by saying: "We are writing to you in order to inform you about the conditions in which we find ourselves in the Casa de Retiro San Antonio de Padua, Ciudad del Este: ..." also requests that you take the COVID 19 exam. and that, in case of not doing so, "if outbreaks of contagion arise, we hold you directly responsible as representatives of the National Government for what could happen to us."
The return route from Florencia Alcatraz was drawn to Brazil, passing through Argentina and with the final destination Paraguay. On March 21, she started her return, but four days later the Brazilian authorities informed her that the Argentine border was closed and that it was not possible to connect, even though she was a passenger in transit. She was denied the right to free movement, included in human right No. 13 of the Universal Declaration of Human Rights: “everyone has the right to move freely and to choose their residence in the territory of a State. Everyone has the right to leave any country, including their own, and to return to their country. "
That night Florencia slept at the Rio de Janeiro airport waiting for a response. It was the same national authorities that told her that the only viable option at that time was to travel to San Pablo, then to Foz de Iguazú and finally try to cross on foot to her native land. Upon arriving in San Pablo, she thought that perhaps it was possible to quarantine with one of her relatives who lived in that city, but they denied her the possibility and, after twelve hours, thanks to pressure from the consulate, she and 30 other passengers were authorized to fly to Foz de Iguazú on March 25. From that day on, and for the three that followed, the student was sent to a hotel where she slept in 4-person rooms, again failing to comply with the correct sanitary measures, and none was evaluated at any time by a health personnel.
Finally, on the 28th, the crossing of travelers to Paraguay was authorized. Both Florence and the other passengers entered a van without any explanation of the destination they were going to. After a few minutes they arrived at the San Antonio KM 8 CD Retreat House in Ciudad de Este, a space that houses 20,000 Paraguayans with a bathroom for approximately 50 people. It is clear that the facilities and infrastructure of the premises do not meet the minimum sanitary requirements to carry out a sanitary quarantine that really fulfills its purpose. "I am in favor of quarantine, but it should be done in individual rooms with their own bathrooms where the isolation of people is really ensured," says Florencia. And she adds: “They are two sheds and a Church that they use to put us without any respect for distance. They are sheds with hundreds of sailor-style beds in which the so-called "quarantines" will all sleep together without the quarantine sanitary conditions given by the World Health Organization. "
“The big problem is that we entered on Saturday the 28th, but they will continue to put people in these places in the following days. As everyone is sharing rooms and bathrooms, the probability of contact and contagion is very high, "denounces the student. And she adds that the overcrowding is compounded by the lack of sanitary elements "Yesterday they did not give us any personal cleaning items so that until now there are people without bathing, we do not have towels, soap or shampoo." She also denounces that since her arrival they were not evaluated by any health professional, that there are no doctors in the place and that there are children, people at risk, the elderly and pregnant women.
It is urgent that measures be taken from the Paraguayan State regarding the situation of these overcrowded people in Ciudad del Este. As well as the pressure of the bordering states of the region to end and prevent the spread of the COVID19 virus. Since without the collaboration of the countries of the southern cone it will be impossible to win the battle.
* the name of the person interviewed is fictitious to keep their identity private
Update 3/29/2020 → The Paraguayan government's vice minister of health promised to make changes the following week.
PORTUGUÉS
Florencia Alcatraz * tem 33 anos e, como aconteceu com os planos de todos, o covid19 também mudou os deles. Hoje, junto com outros compatriotas paraguaios, ele pede ajuda à mídia para expor o local onde o governo os apinha, sem itens de higiene ou precauções para impedir a propagação do vírus.
A jovem recebeu uma bolsa para estudar no exterior de janeiro a março de 2020. No dia 16 deste mês, seus estudos foram suspensos devido à pandemia que hoje mantém o mundo em hiato e dias depois ela conseguiu, através do consulado relevante, organizar Seu retorno. Desde 28 de março, ela está detida em um centro de isolamento improvisado na Casa de Aposentadoria de San Antonio de Pádua, em Ciudad del Este, Paraguai. Sem qualquer medida de proteção contra o vírus COVID19.
Florencia, juntamente com outros "compatriotas em quarentena", escreveu uma carta ao Presidente do Paraguai e seu Ministério da Saúde, mas não recebeu resposta, e qualquer tentativa de contato com a imprensa que se aproxima do local é respondida com violência.
A carta que começa dizendo: "Estamos escrevendo para você para informá-lo das condições em que nos encontramos na Casa de Retiro de San Antonio de Pádua, Ciudad del Este: ..." também solicita que você faça o exame COVID 19. e que, no caso de não o fazer, "se surtos de contágio surgirem, nós o responsabilizamos diretamente como representantes do Governo Nacional pelo que poderia acontecer conosco".
A rota de retorno de Florencia Alcatraz foi traçada para o Brasil, passando pela Argentina e com destino final ao Paraguai. Em 21 de março, ele iniciou seu retorno, mas quatro dias depois as autoridades brasileiras informaram que a fronteira argentina estava fechada e que não era possível conectar, mesmo sendo passageiro em trânsito. A ele foi negado o direito à livre circulação, incluído no direito humano nº 13 da Declaração Universal dos Direitos Humanos: “todos têm o direito de circular livremente e de escolher sua residência no território de um Estado. Todo mundo tem o direito de deixar qualquer país, inclusive o seu, e de retornar ao seu país ".
Naquela noite, Florencia dormiu no aeroporto do Rio de Janeiro, esperando uma resposta. Foram as mesmas autoridades nacionais que lhe disseram que a única opção viável naquele momento era viajar para San Pablo, depois para Foz de Iguazú e finalmente tentar atravessar a pé sua terra natal. Ao chegar em San Pablo, ela pensou que talvez fosse possível colocar em quarentena um de seus parentes que morava naquela cidade, mas eles negaram a possibilidade e, depois de doze horas, graças à pressão do consulado, ela e outros 30 passageiros foram autorizados a Voe para Foz de Iguazú em 25 de março. A partir daquele dia, e para os três que se seguiram, a aluna foi enviada para um hotel onde dormia em quartos para 4 pessoas, novamente não cumprindo as medidas sanitárias corretas, e nenhuma foi avaliada a qualquer momento por um pessoal de saúde.
Finalmente, no dia 28, foi autorizada a travessia de viajantes ao Paraguai. Florence e os outros passageiros entraram em uma van sem nenhuma explicação do destino para onde estavam indo. Após alguns minutos, chegaram à Casa de Retiros San Antonio KM 8 CD, em Ciudad de Este, um espaço que abriga 20.000 paraguaios com banheiro para aproximadamente 50 pessoas. É claro que as instalações e a infraestrutura das instalações não atendem aos requisitos sanitários mínimos para realizar uma quarentena sanitária que realmente atenda a sua finalidade. "Sou a favor da quarentena, mas isso deve ser feito em quartos individuais com banheiros próprios, onde o isolamento das pessoas é realmente garantido", diz Florencia. E acrescenta: “São dois galpões e uma Igreja que eles usam para nos colocar sem qualquer respeito pela distância. São galpões com centenas de camas de estilo marinheiro, nas quais as chamadas "quarentenas" dormem juntas sem as condições sanitárias de quarentena dadas pela Organização Mundial da Saúde ".
“O grande problema é que entramos no sábado, dia 28, mas eles continuarão a colocar pessoas nesses locais nos próximos dias. Como todos estão compartilhando quartos e banheiros, a probabilidade de contato e contágio é muito alta ", denuncia o aluno. E acrescenta que a superlotação é agravada pela falta de elementos sanitários "Ontem eles não nos deram nenhum item de limpeza pessoal, de modo que até agora há pessoas sem banho, não temos toalhas, sabonete ou xampu". Ele também denuncia que, desde a sua chegada, eles não foram avaliados por nenhum profissional de saúde, que não há médicos no local e que existem crianças, pessoas em risco, idosos e gestantes.
É urgente que sejam tomadas medidas do Estado paraguaio em relação à situação dessas pessoas superlotadas em Ciudad del Este. Bem como a pressão dos estados limítrofes da região para acabar e impedir a propagação do vírus COVID19. Como, sem a colaboração dos países do cone sul, será impossível vencer a batalha.
* o nome da pessoa entrevistada é fictício para manter sua identidade privada
Atualização 3/29/2020 → O vice-ministro da Saúde do governo paraguaio prometeu fazer mudanças na semana seguinte.
Comments